S E X T E R C I O

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Antes de hacer el amor contigo, te dir que yo no soy hipcrita. En este mundo en que moriremos, suelen dar sobrenombres al amor, negamos los sueos ms atrevidos porque civilizacin y religiones podrn poner rienda a instintos, pero no han logrado eliminarlos. Secretamente aspiras y ensueas, en das ciegos de voluptuosidad, te acuerdas de las fotos en el Internet, la pelcula porno arrendada con engaos y la prima aventurera que se ensayaba con tu cuerpo.Quin no ha tenido un(a) primo(a) para probar las primeras aventuras anatmicas, aquel pariente que meta una rodilla por entre las piernas de su parienta que bailaba con nosotros? Cmo poder evitar los roces bailables con nuestras primas de cuerpo frutal, los pechos agresivos y las nalgas insinuantes? Mis camaradas me han contado de primitas de 13 aos que se haban convertido en mujercitas irresistibles, durante un verano, y que volvan al ao escolar con pechos pujantes por sobre el suter, muslos divinos que nos obligaban, en la mesa, a dejar caer la servilleta para mirar ese blancor y grosor de piernas regordetas y un calzn blanco que amuaba la regin genital de hembrecitas irresistibles. Me obsesionaba fijarme cmo las nalguitas empujaban la falda hacia arriba a cada paso que daban y en cuanto not las piernas de la ropa interior danzando al comps de las caderas, comps que acompaaba la inquietud genital de nuestros sueos blanquecinos.

Antes de hacer el amor contigo, te dir que yo no soy hipcrita. En este mundo en que moriremos, suelen dar sobrenombres al amor, negamos los sueos ms atrevidos porque civilizacin y religiones podrn poner rienda a instintos, pero no han logrado eliminarlos. Secretamente aspiras y ensueas, en das ciegos de voluptuosidad, te acuerdas de las fotos en el Internet, la pelcula porno arrendada con engaos y la prima aventurera que se ensayaba con tu cuerpo.Quin no ha tenido un(a) primo(a) para probar las primeras aventuras anatmicas, aquel pariente que meta una rodilla por entre las piernas de su parienta que bailaba con nosotros? Cmo poder evitar los roces bailables con nuestras primas de cuerpo frutal, los pechos agresivos y las nalgas insinuantes? Mis camaradas me han contado de primitas de 13 aos que se haban convertido en mujercitas irresistibles, durante un verano, y que volvan al ao escolar con pechos pujantes por sobre el suter, muslos divinos que nos obligaban, en la mesa, a dejar caer la servilleta para mirar ese blancor y grosor de piernas regordetas y un calzn blanco que amuaba la regin genital de hembrecitas irresistibles. Me obsesionaba fijarme cmo las nalguitas empujaban la falda hacia arriba a cada paso que daban y en cuanto not las piernas de la ropa interior danzando al comps de las caderas, comps que acompaaba la inquietud genital de nuestros sueos blanquecinos.

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